domingo, 1 de julio de 2018

Resultados de la política austericida iniciada en 2008

- Tasa de pobreza del 22,3% - 10,2 millones de personas con una renta por debajo del umbral de la pobreza.
- Tasa de paro del 16,7% – Casi 3 millones de personas viven con 11,4€ al día.
- Sólo el 54% de los que se apuntan en el INEM tiene alguna renta por desempleo.
- Están sin prestación alguna: 1,2 millones de parados.
- Desde 2012 el coste salarial ha subido un 0,6% y el coste laboral por trabajador subió un 0,1%.
- La tasa de productividad por hora trabajada, aumentó un 6% y los beneficios empresariales un 200,7%.
- El impuesto de sociedades solo aportó un 12%. Por IVA e IRPF se aportó un 83%.
- El 60% de la población española tiene dificultades para llegar a fin de mes.
- El 58% de las mujeres se encuentran en situación de vulnerabilidad.
- Las mujeres suelen cobrar de salario un 14% menos que los hombres.
- El salario anual de los jóvenes es un 33% inferior al que había en 2008.

Precariedad, pobreza, desempleo, en definitiva, exclusión social. Es el resultado de las políticas neoliberales que tratan de justificarse con una crisis y unos desajustes que han llegado a crear una nueva clase social, el fracasado, el que no ha sido capaz de adaptarse a los tiempos y al que el “sistema” culpa culpable de su propio fracaso y situación, de no ser productivo, de no estar formado, de no haberse integrado. El Estado queda, de esta forma, exculpado de la situación de los inadaptados, de ese nuevo orden que no ha sido capaz de disciplinarse para afrontar la reconversión del estado de bienestar que traía el neoliberalismo.
El neoliberalismo no es una ideología sino una herramienta de dominación del individuo y el capitalismo, una auténtica picadora de carne. Todos los problemas quedan, de esta forma, despolitizados, sin responsables; el sujeto es el único culpable de su situación, es como si él mismo hubiese elegido su propia miseria. Las causas que han originado cada situación quedan fuera de todo origen y, por ejemplo, los Servicios Sociales se han transformado en un entramado burocrático-asistencial que reparte transversalmente todos los remedios habidos y por haber. Ante esta situación, hay políticas neoliberales ‘ad hoc’ para gestionar, por ejemplo, la ventanilla del desempleo, la autonomía personal, orientación o empleabilidad, la de los itinerarios personalizados de incorporación social, cursos de inteligencia emocional…, todo para favorecer una supuesta inserción en la sociedad que marcó como inútiles e inadaptados, como un coste social a numerosas personas. Todo para formarse y poder alcanzar el mito del ¿paraíso?
La clase corrupta, gana dinero y sale indemne mientras se investiga a quienes reciben los subsidios que les sirven para malvivir y gracias, mientras se mira dónde están, si están empadronados, si viajan, si se casan o si ingresan algo en negro. El acoso y derribo de los sistemas públicos de protección social sigue aumentando la desigualdad y la pobreza. Las cifras hablan por sí mismas. Quedan las iniciativas sociales solidarias que vienen a apuntalar, para evitar desahucios, hambre, enfermedad y miseria, las carencias que el destrozado estado de bienestar se encargó de derrumbar completamente el neoliberalismo.
Y los medios de comunicación, al servicio del sistema neoliberal, justifican esta última iniciativa social solidaria como la única solución a lo que el propio sistema ha creado. Son como las plañideras que acompañan a la Justicia Social, ciega y con la balanza rota, sin espada.

Azanatos

No hay comentarios:

Publicar un comentario